Paraguay mantuvo un sostenido ritmo de crecimiento compatible con su potencial productivo, y hoy el desafío es elevar el ritmo de crecimiento, para lo cual se impulsa un ambicioso plan de reformas para favorecer la actividad empresarial, destaca en un informe de la cartera de Hacienda.
Refiere que si se observa el progreso del país en cuanto a prácticas óptimas con relación al entorno favorable para los negocios, ocupa el puesto 113 entre un total de 190 economías en el último ranking global del clima de negocios, según el indicador Doing Business, del Banco Mundial. Esto representa una caída de 5 lugares en relación a la posición del año anterior (2018). Si bien se encuentra en una mejor posición que los países vecinos, Argentina y Bolivia, retos importantes refieren a la apertura de negocios, obtención de créditos y cierre de empresas. Agrega el informe de Hacienda, que si se mira la historia y se observa el camino recorrido, se puede tener la fuerte convicción de que el país transitó por la senda correcta. Pero, la pregunta que surge es si esta trayectoria es sostenible.
En los últimos años se registró un proceso de transformación social y económica envidiado por muchos países. Sin embargo, el actual contexto global y regional más desafiante exige que si queremos dar el gran salto, impulsemos profundas transformaciones que nos permitan apuntalar la productividad y alcanzar el potencial de desarrollo, según los análisis hechos a nivel oficial.
Si se considera el contexto de la estructura productiva paraguaya, es importante tener en cuenta que las MIPYMES generan 8 de cada 10 empleos y las compañías de menor tamaño son menos productivas e informales. Estas MIPYMES se caracterizan por la alta concentración de empleos de baja calidad y productividad, y tienen dificultades para dar un salto cualitativo que les permita generar los ingresos laborales necesarios para reducir las desigualdades en los mercados de trabajo.
Paraguay necesita un panorama más dinámico del sector privado, en el que las empresas puedan entrar al mercado con facilidad, crear empleos de calidad y aumentar suficientemente la productividad para competir a nivel nacional e internacional, con lo cual, un ambiente propicio de negocios es un tema no menor.
Excesiva demora
En Paraguay, el tiempo que se demora en realizar todos los trámites para abrir una empresa es en promedio de 35 días, con un costo aproximado de US$ 2.200 (40% del ingreso per cápita). Como una referencia, Chile, país que lidera el indicador en la región, tiene un costo promedio de 6% del ingreso per cápita, con una duración aproximada de 6 días para la apertura de una empresa. La situación en Paraguay reduce la competitividad y obstaculiza la formalización.
Por otro lado, en cuanto a las condiciones de cierre, los trámites en promedio duran 4 años y la tasa de recuperación del capital que cae en situación de insolvencia es de 21,6 centavos por cada dólar, tasa muy inferior en relación a otros países de la región y del mundo.
La apertura de empresas, la obtención de crédito y la resolución de insolvencia son tres áreas que deben ser fortalecidas, con un paquete de medidas que será presentado mañana, lunes, al Congreso Nacional y que forman parte de la agenda de reformas que el gobierno se encuentra encarando: Un nuevo tipo de empresas, Empresa por Acciones Simplificada (EAS); Acceso a financiamiento a través de garantías mobiliarias, y actualización de la Ley de Quiebras.
Estas propuestas, según el Ministerio de Hacienda, contribuirán a superar obstáculos e impulsar el dinamismo comercial necesario para la diversificación de la economía, con un impacto importante en el desarrollo del sector privado, reduciendo la carga burocrática y las restricciones en el ámbito de negocios.
Fuente: ABC Color.